¿A
DÓNDE VAN LOS QUE MUEREN?
Algunas sectas, entre ellas los adventistas, enseñan una doctrina llamada “el sueño del alma”; la cual enseña que las almas de los muertos están durmiendo y permanecerán así hasta la resurrección en el día del juicio final. Ellos aseguran que este es un estado de total silencio, inactividad y de absoluta inconsciencia.
El respaldo más común que ellos usan es Eclesiastés 9:5, que dice: “los muertos nada saben”; pero debemos recordar que Eclesiastés está escrito con una cosmovisión puramente terrenal. Se trata de un hombre que le ha perdido el total sentido a la vida, y presupone, por ello, que el estar muerto es mucho mejor que vivir en este mundo de eventos repetitivos y monótonos, al que llama “vanidad”. Pero es necesario comprender que Eclesiastés no es un libro doctrinal, es un libro poético, por lo tanto se trata de una literatura sapiencial no doctrinal. Está escrito para hacernos reflexionar en la verdad de que la vida sin Dios es vana y sin sentido.
NUESTRA RESPUESTA: Entonces ¿Será cierto que las almas están durmiendo o están conscientes en algún lugar específico? A continuación, brindaré un breve sustento bíblico en cuatro partes.
A. Actualmente el
infierno eterno está vacío.
Primero, debemos marcar una diferencia entre el “infierno temporal” y el “infierno eterno”. El infierno temporal es un lugar de espera para aquellos que han muerto sin Cristo, mientras aguardan el juicio final, en donde recién serán lanzados al fuego eterno.
Tal vez esto suene confuso para muchos, sobre todo para los que hemos crecido bombardeados, a través de dibujos, películas, dogmas, y otras cosas, con la idea que hay un sólo infierno, que está lleno de demonios, personas malas y que hasta el mismo Satanás lo gobierna.
Sin embargo, actualmente nadie ha sido lanzado al lago de fuego, todavía no. Claro, entendiendo por "infierno eterno" al lugar final donde irán a parar el diablo, el anticristo, el falso profeta, los demonios y las personas impías. Éstos serán lanzados allí después del juicio ante el gran trono blanco de Dios (Ap. 20:10-15).
Entonces ¿Dónde están
actualmente Satanás y sus demonios? Se encuentran sueltos al rededor del
planeta tierra, habitan especialmente las regiones celestes (Job 1:7; 2:2; Ef.2:2; 6:12; 1Pe.5:8; Ap.2:13).
Por lo tanto, el infierno eterno ahora está vacío, más es un lugar preparado,
Jesús lo llamó “el fuego eterno” (Mt.25:41).
B. Pero hay otro lugar,
conocido como el lugar de los muertos, también conocido como " Hades"
o "Seol".
Antiguamente este lugar estaba dividido en dos:
El paraíso. llamado
también "lugar de descanso" o "el seno de Abraham".
El lugar de tormento. También puede ser conocido como "infierno", pero no es el lago de fuego (infierno eterno), Como ya dijimos se trata de un "infierno temporal", prefiero llamarlo simplemente "el lugar de tormento".
Ambas partes estaban separadas por un abismo, pero estaban lo suficientemente cerca para que los unos pudieran ver de un lugar al otro. Pero nadie podía pasar al otro lado. Esto Jesús lo ilustra perfectamente cuando narra la historia del rico y lázaro (Lucas 16:19-31).
En resumen: La gente de fe, que se habían arrepentido en vida, eran llevadas al paraíso. Por eso Jesús, le dijo al ladrón en la cruz: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc.23:43); Pero la gente impía iba al lugar de tormento, como el caso del rico impío (Lc.16:28).
Si usted quiere llamarle
al lugar de tormento "infierno", no hay problema; siempre que tenga
en cuenta que es un lugar temporal. Yo prefiero llamarle "lugar de
tormento" para diferenciarlo del castigo eterno en el lago de fuego, que
es más acertado con el infierno eterno del cual predicamos y advertimos a las
personas, porque han de pasar allí toda la eternidad si no se arrepienten.
C. Las personas que
están en el lugar de tormento, se mantienen conscientes, no duermen.
En el pasaje de Lucas 16, podemos ver claramente como el rico, que se encontraba en el lugar de tormento, tenía perfecta conciencia y sentidos:
Podía ver de
lejos. Lc.16:23
Podía identificar a las
personas. Lc.16:24
Sentía sed y
calor. Lc.16:24.b
Tenía recuerdos. Lc.16:25
Tenía
remordimientos. Lc.16:27-28
Tenía plena facultad de razonamiento. Lc.16:30
Como vemos, no estaban
durmiendo, estaban muy conscientes, en todas sus facultades.
D. ¿Dónde están ahora
los justos?
1. Creemos
que cuando Jesús murió y resucitó, fue al lugar de los muertos y trasladó a los
que estaban en el paraíso a la presencia de Dios. No olvidemos las palabras de
Jesús: "Entonces Jesús le dijo: —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el
paraíso" (Lucas 23:43). Además, tenemos la certeza de que los creyentes
somos traslados al reino de Cristo después de la muerte y victoria de Cristo (Col.1:13).
Ojo que el lugar de los muertos se dividía en dos, Jesús fue al lugar del
paraíso a llevar consigo a los justos; ese dogma que dice que Jesús estuvo en
el infierno pagando por los pecados es falso. El pago por los pecados fue su
sangre derramada en la cruz (1Co.6:20; 1Pe.1:18-19).
De manera que, ya los justos no van al paraíso sino directamente a la presencia de Cristo. Tal y como podemos apreciarlo en el testimonio de Pablo. Leamos con atención por favor:
“Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor" Filipenses 1:23
“Pues sabemos que,
cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando
muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un
cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas. Nos
fatigamos en nuestro cuerpo actual y anhelamos ponernos nuestro cuerpo
celestial como si fuera ropa nueva. Pues nos vestiremos con un cuerpo
celestial; no seremos espíritus sin cuerpo. Mientras vivimos en este cuerpo terrenal,
gemimos y suspiramos, pero no es que queramos morir y deshacernos de este
cuerpo que nos viste. Más bien, queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo para que
este cuerpo que muere sea consumido por la vida. Dios mismo nos ha preparado
para esto, y como garantía nos ha dado su Espíritu Santo. Así que siempre
vivimos en plena confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo
no estamos en el hogar celestial con el Señor. Pues vivimos por lo que creemos
y no por lo que vemos. Sí, estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar
fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial
con el Señor.” (2Co.5:1-8, NTV)
2. Esto lo sabemos también porque Pablo habló de ser trasladado al tercer cielo en todas sus facultades.
“Hace catorce años
fui llevado hasta el tercer cielo. Si fue en mi cuerpo o fuera de mi
cuerpo no lo sé; solo Dios lo sabe. Es cierto, solo Dios sabe si estaba yo en
mi cuerpo o fuera del cuerpo; pero sí sé que fui llevado al paraíso y
oí cosas tan increíbles que no pueden expresarse con palabras, cosas que a
ningún humano se le permite contar.” (2Co.12:2-4,
NTV)
3. También tenemos el caso de Moisés y Elías, que aparecieron con Cristo en el monte de la transfiguración y los vemos que estaban en sus facultades, conversando con Jesús.
“Cerca de ocho días
después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a una montaña para orar. Y
mientras oraba, la apariencia de su rostro se transformó y su ropa se volvió
blanca resplandeciente. De repente aparecieron dos hombres, Moisés y Elías, y
comenzaron a hablar con Jesús. Se veían llenos de gloria. Y hablaban sobre la
partida de Jesús de este mundo, lo cual estaba a punto de cumplirse en
Jerusalén.” (Lc.9:28-31, NTV)
4. Aún más contundente,
tenemos al apóstol Juan, quien también fue traspuesto al cielo y vio que los
santos estaban allí antes de la segunda venida de Cristo. Esto es inequívoco
frente a la representación de la iglesia por los 24 ancianos. Estaban adorando
al cordero antes de su segunda venida (Ap.5:8-10)
y que luego venían junto con él en su segunda venida a la tierra (Ap.19:14).
5. También tenemos el
testimonio del apóstol Pedro: "Pues tengo por justo, en tanto que estoy en
este cuerpo, el despertaros con amonestación; sabiendo que en breve debo
abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo
procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo
momento tener memoria de estas cosas." (2 Pedro 1:13-15). Este testimonio es claro en sí mismo. El
apóstol estaba seguro de que dejaría su cuerpo y que la parte inmaterial de él
iría a la presencia del Señor.
6. Incluso, hay un testimonio todavía más certero del apóstol: Se sabe que en la tribulación muchos van a morir por la fe en Cristo; Juan nos dice que los que fueron muriendo estaban delante del altar de Dios, pidiendo ser vengados por sus muertes y esperando a sus hermanos que también serían muertos como ellos. Leamos con atención:
"Cuando abrió el
quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por
causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran
voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas
nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras
blancas, y se les dijo que descansaran todavía un poco de tiempo, hasta que se
completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de
ser muertos como ellos." (Apocalipsis
6:9-11)
CONCLUSIÓN
·
Tenemos suficientes evidencias bíblicas
para creer que los que mueren en Cristo, van directamente a la presencia del
Señor.
·
Los que mueren sin Cristo están en el
infierno temporal o "lugar de tormento", esperando el juicio final,
donde serán lanzados al lago de fuego (el infierno eterno). Éstos esperan allí
con todas sus facultades y muy conscientes, no están durmiendo.
·
En la Biblia, el dormir es sinónimo de
morir, pero se usa el término "dormir" frente a la esperanza de la
resurrección. No porque en realidad las personas están durmiendo. Lo que duerme
es el cuerpo, el alma no necesita dormir.
·
Hay que tener cuidado porque hay una
enseñanza falsa, llamada "el sueño del alma", enseñada por los
adventistas, y algunos otros, para negar la existencia del cielo y del
infierno.
Bendiciones en Cristo.
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