Las personas suelen justificar su enojo y no lo toma con la gravedad o la seriedad con que debe de tomarse. Los diccionarios definen al enojo, como un “gran disgusto” o simplemente como un cambio de “animosidad”. Dios también tiene su manera de ver al enojo, él ve al enojo como “pecado”. Pues, mancha la santidad de Dios y su obra en el creyente. Además, como ya habíamos observado, el enojo está fuera de la voluntad de Dios para nuestras vidas y su mandato es despojarnos de aquello. Por lo tanto, el enojo es pecado para Dios y contra Dios, así debería de ser también para nosotros y para cada uno de sus hijos.
He podido notar en diferentes casos de consejería, y cuando me ha tocado enseñar sobre este tema, que para muchas personas el despojarse del enojo es como una utopía, un sueño casi imposible de alcanzar. Bueno, precisamente para estas personas, el ponerse de acuerdo con Dios y ver al enojo como pecado, en contra de su santidad, es el primer paso en su camino para vencerlo.
Para que puedas quitar definitivamente el enojo de tu forma de vivir y de relacionarte con los demás, tienes que entender algunos principios claves, y hacerlos personales, tales como:
1. El
enojo es pecado contra Dios.
2. El
enojo está fuera de la voluntad de Dios para tu vida.
3. El
enojo se mantiene vivo mientras tu egocentrismo esté vivo.
4. El
enojo es parte de tu vieja naturaleza y de tu antiguo modo de vida.
5. El
enojo puede salir de tu vida si te rindes ante Dios y te mantienes sensible y
sumiso a Su voluntad.
“Una
vida de obediencia mantendrá al enojo alejado de nosotros”
LA ESPERANZA DE DIOS
FRENTE AL ENOJO
Hay un motivo especial de esperanza frente al enojo en la Biblia. Se trata del mandamiento de Dios. Al examinar el mandamiento de Dios contra el enojo aprendemos muchos principios que traerán aliento a nuestro corazón. Estos principios te ayudarán a comprender Su punto de vista y te animarán a emprender este camino de victoria sobre el enojo y la ira.
Dios te ordena despojarte de tu enojo:
“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.” [Col 3:8]
Muchos ven al
mandamiento de Dios como algo gravoso y hasta a veces sin sentido. Pero
mirémoslo de otra manera, veámoslo como él lo ve. De esta manera cambiaremos
nuestra mentalidad y rescataremos muchos principios como:
1. Cada mandamiento de
Dios está expresado para su propia gloria
Pensemos que Dios nos
está puliendo como a joyas preciosas. La calidad y belleza de las joyas dan
crédito a la mano de su diseñador. Así, Dios quiere que vivamos despojándonos
del enojo porque quiere glorificarse en nuestras vidas. Él quiere hacer una
obra por medio de nosotros para mostrarse al mundo que nos rodea. Pero antes,
tenemos que sacar esas cosas que opacan su luz.
“Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.” Salmos 37:8
Entender que un Dios tan
grande y maravilloso quiere glorificarse en nuestras vidas nos ayudará a
despojarnos del enojo.
2. Cada mandamiento de
Dios está expresado dentro de nuestras posibilidades
Si analizamos bien, Dios
nos conoce lo suficiente como para saber si podemos o no podemos cumplir con un
mandamiento suyo. Entonces, si Dios te pide despojarte del enojo es porque sabe
perfectamente que puedes hacerlo.
Entender este principio, te ayudará a despojarte de toda excusa que pueda
venir a tu mente y te hará ver el proceso como algo más fácil de lo que
parecía.
3. Cada mandamiento de Dios está expresado con los detalles necesarios para poder cumplirlos
Dios no solo te ordena algo, sino que te provee la ayuda necesaria para que puedas lograrlo. En otras palabras, no sólo te dice “qué” debes hacer sino “cómo” debes hacerlo.
Por medio de esta
dirección podemos hacer una lista de las cosas que Dios ha provisto para
ayudarte a cumplir sus mandamientos:
·
Su Espíritu Santo.
·
Su sabiduría.
·
Su poder y fortaleza.
·
Sus promesas.
·
Sus siervos.
· Su Iglesia.
Nunca estarás sólo en tu
lucha contra el enojo, solamente tienes que invertir un tiempo para alimentarte
de la Palabra de Dios, la cual te guiará paso a paso en la manera que debes
obrar para cumplir el mandamiento divino de vivir libre de los poderes del
enojo y de la ira.
CONCLUSIÓN:
Entonces, como hemos
visto, LA BIBLIA nos ofrece esperanzas. Es la Palabra de Dios garantizándonos
que podemos librarnos de todo el peso del enojo y sus consecuencias. Y así,
Dios pueda glorificarse en cada una de nuestras vidas y relaciones personales.
Recuerda que este mundo ya tiene bastantes palabras, lo que precisa es ver
vidas transformadas por el poder y la palabra de Dios; lo que precisa es ver a
Cristo en nosotros. Recuerda siempre que somos esos luminares que les alumbrará
en la verdad hacia Cristo.
Algunos consejos
prácticos para vencer el enojo
1. Quita
de tu vocabulario la palabra imposible
Es Dios quien te garantiza que puedes vivir una vida sin enojo, y sin ira. “Quiero,
pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni
contienda.” 1 Timoteo 2:8
2. No
pierdas las esperanzas
En esta lucha por vencer el enojo, seguramente caerás varias veces. Tu meta es
obedecer y glorificar a Dios, así que debes levantarte y seguir adelante, él
sabe hasta donde puedes dar. Dalo todo y él hará su obra maravillosa. “No os
ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no
os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios
10:13
3. Acoge
tu responsabilidad
Por más duro que sea, ten siempre presente que es tu responsabilidad despojarte
del enojo y actuar sin este en cada área de tu vida. El enojo no debería ser
considerado un invitado de honor, en cambio el Espíritu Santo sí. No Evadas
jamás esa responsabilidad ni busques culpables. Si te enojas el único
responsable eres tú. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne.” Gálatas 5:16
4. Comparte
esta esperanza
Ahora, quizá tu puedas tomar este estudio con mucha ligereza. Quizá porque para
ti el enojo no es mucho problema. Quizá tu temperamento te ayude y eres alguien
calmado y sobrio. Pero, déjame decirte que no en vano invierto tiempo para
poder compartir estos estudios, hay muchas personas que sufren, y muchas otras
han arruinado sus vidas solo por este tema. En mi experiencia como consejero y
predicador lo he podido ver claramente, muchas veces, y de muchas maneras.
Estamos recibiendo agradecimiento de diferentes personas del mundo, el estudio les está ayudando muchísimo. Hay quienes dicen: “Si así me lo hubieran enseñado antes” o “Si alguien me lo hubiera dicho”.
¿Qué harás tú? El propósito de este blog es que los que lo lean reciban ayuda, pero también que se vuelvan fuentes de ayuda para otras personas. Por esto, toma nota, imprime, enseña, habla, comparte en las redes, etc.
¡Dios le bendiga!
La siguiente lección continúa
aquí 👇
Lección 04: REACCIONES NO BÍBLICASFRENTE AL ENOJO.
Más
de nuestra serie bíblica:




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