Un hermano nos preguntó
de la siguiente manera: Pastor, acerca de Mateo 5, sobre
todo el versículo 17, que dice: "No penséis que he
venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar, sino a
cumplir". ¿Cómo explicar a los que esgrimen con estos versículos que
debemos seguir guardando la ley?
RESPUESTA:
Efectivamente,
este es un versículo usado demasiado por los adventistas y otros partidos
religiosos que enfatizan el cumplimiento de la ley. Esto es natural puesto que
el sistema de ellos es legalista, usando como pretexto la ley judía y el
Antiguo Testamento, de esta manera es más fácil someter a sus adeptos. Pero,
cuando Jesús expresó: "No he venido para abrogar sino para
cumplir" ¿Quiso decir que todos nosotros deberíamos seguir guardando
la ley? ¿Es el cumplimiento de la ley un requisito fundamental para alcanzar la
salvación? Aquí una respuesta con sustento bíblico contundente.
Si usted se fija bien,
el verso (Mateo 5:17)
no se limita a los 10 mandamientos como ciertos grupos tratan de imponerlo sino
a toda la ley, la cual es conformada por el Pentateuco (Torá), los Salmos o
poéticos (Ketuvim) y los Proféticos (Nebiim). Una forma de resumir esto era
decir: "la ley y los profetas". Aunque en Lucas 24:44,
Jesús lo dijo más completo: "que era necesario que se cumpliese todo lo
que está escrito de mí en la ley de Moisés (Torá), en los profetas
(Nebiim) y en los salmos (Ketubim)." (Lc.24:44).
Como verá, se refiere a toda la Escritura, no sólo al decálogo.
A esto es a lo que Jesús
se refiere, que vino a traer cumplimiento de lo que estaba escrito de él mismo
en las santas escrituras. Cosa que estaba siendo malinterpretada por sus
oponentes, y que luego serviría de excusa para llevarle al falso juicio que lo
condenó.
Entonces, si Mateo
5:17 diría realmente lo que los legalistas de hoy dicen, ellos tendrían que
estar guardando toda la ley, pero no lo hacen así. Sólo guardan una parte.
Sin embargo, lo que
Cristo quiere decir es que en él se cumple la ley. Él vino a cumplirla porque
nosotros no lo podíamos hacer. De esta manera, la imputación de la justicia de
Cristo recae sobre nosotros a través de la fe en él; por lo tanto, en Cristo, y
sólo en Cristo, guardamos la ley. Así, la justicia de la ley se cumple en
aquellos que están en Cristo. Por esto, Cristo es el fin de la ley. Entonces,
la ley sólo nos conducía a Cristo, esa era su función más importante.
Leamos, con atención,
como lo dicho se sustenta claramente en estos versos:
·
"Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la
carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros". (Ro.8:3-4)
· "Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo". (Ro.9:30-32)
· "Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque EL FIN DE LA LEY ES CRISTO, para justicia a todo aquel que cree". (Ro.10:3-4)
·
"Dicho de otra manera, la ley
fue nuestra tutora hasta que vino Cristo; nos protegió hasta que se nos
declarara justos ante Dios por medio de la fe. Y ahora que ha llegado el camino
de la fe, ya no necesitamos que la ley sea nuestra tutora. Pues todos ustedes
son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús".
(Gá.3:24-26)
En cierta ocasión, Jesús
dijo lo siguiente: "Porque os digo que si vuestra justicia no fuere
mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los
cielos". (Mateo 5:20).
¿Acaso quiso decir Jesús que los hombres del pueblo tendrían que hacer más
obras o guardar la ley mejor que lo que lo hacían los escribas y fariseos? Por
supuesto que no. La justicia en la que los religiosos de Israel se esperanzaban
era una basada en el cumplimiento estricto de la ley. Cristo estaba enseñando
que se necesitaba una justicia superior a eso. ¿Cuál era esa? pues la justicia
que él vino a traer.
Se trataba de la justicia
de Dios que se obtiene a través de la fe en Jesús. Por esto mismo, cuando él se
identificó con la humanidad pecadora, en su bautismo, dijo a Juan: "Deja
ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia" (Mt.3:15).
Esto es lo que Pablo afirmó también, que él había desechado una justicia
personal a través de la ley, para acoger una justicia superior por la fe en
Cristo: "y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es
por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por
la fe" (Fil.3:9).
Así que, ni siquiera en
el Antiguo Testamento la salvación se obtenía por medio de la ley. Jamás fue
así. Abraham fue justificado por fe cuatrocientos años antes de la ley. David
fue justificado por fe, aunque estaba en la ley. Todo eso podemos verlo
en Romanos 4:1-9.
De manera que, la respuesta es obvia: No necesitamos guardar la ley para ser
salvos. Sólo la fe en Cristo Jesús. La salvación es por la gracia de Dios no
por nuestras obras: "Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro
Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de
justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia... para
que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la
esperanza de la vida eterna". (Tito 3:4-7)
Espero que esta breve
respuesta pueda de ser de mucha edificación para todos.
Dios
te guarde y te bendiga. Estaré atento si tienes algún comentario. Comparte esta
información.
0 comments:
Publicar un comentario