DOCTRINA: EL ESPÍRITU SANTO
Lección 04: Títulos divinos del Espíritu Santo.
En las tres primeras lecciones hemos podido dejar por sentado que el Espíritu es una persona. Siendo esto claro, ahora podemos determinar también que el Espíritu es Divino. En resumen, el Espíritu Santo es una “Persona Divina”. Es decir, que ¡Es Dios! y, por lo tanto, es co-igual, co-eterno y co-existente con el Padre y también con el Hijo.
Sin embargo, en la
actualidad muchos están poniendo en duda esta verdad. Así que, en las
siguientes lecciones vamos a sustentar 5 evidencias de la divinidad del
Espíritu Santo: (1) por sus títulos, (2) por sus atributos, (3) por sus obras,
(4) por complemento bíblico, y (5) por sus prerrogativas.
A. Es llamado Dios.
1. Prestemos atención a Hechos 5:3-4. "Y Pedro dijo: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?... No has mentido a los hombres, sino a Dios."
Esta pareja murió por el
juicio de Dios, ellos actuaron con premeditación y aun viéndose descubiertos, y
sabiendo que el Espíritu de Dios usaba a Pedro, continuaron con su mentira.
Dios atribuyó la ofensa contra sí mismo, pero es interesante que Pedro dijera:
“has mentido al Espíritu Santo”, concluyendo en “no has mentido a los hombres
sino a Dios”. Esto es una clara evidencia de que el Espíritu era reconocido
como Dios.
2. Observemos este
detalle, en 1 Corintios
3:16... "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el
Espíritu de Dios mora en vosotros?" La pregunta sería ¿Por qué somos
templo de Dios? y la respuesta es obvia: Porque el Espíritu mora dentro de
nosotros. Así que, si somos templos de Dios debido a que el Espíritu mora en
nuestros cuerpos, entonces el Espíritu Santo es Dios.
B. Es llamado Señor.
Pablo dijo en 2 Corintios 3:17, lo siguiente: "Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad."
Lo interesante de esta
declaración es que Pablo empieza diciendo “cuando se conviertan al Señor”, uno
sólo puede convertirse a Dios, no a una criatura (“mas no os convertisteis a
mí, dice Jehová.” Hageo 2:17;
“y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y
verdadero” 1Ts.1:9).
Pero enseguida dice “porque el Señor es el Espíritu”. Así que, al llamar Señor
al Espíritu, Pablo le está reconociendo como Dios.
C. “Espíritu Eterno”
Leamos con atención el siguiente verso: “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9:14)
Mediante el título “Espíritu eterno” se le atribuye el atributo de eternidad al Espíritu Santo. Pero sabemos que la eternidad es un atributo intrínseco a la Divinidad, lo cual quiere decir que sólo Dios puede ser eterno. Así que, el Espíritu Santo es Dios.
No sólo eso, si somos
buenos lectores habremos observado que este verso menciona a las tres personas
de la Trinidad: (1) La sangre de Cristo, (2) mediante el Espíritu eterno, (3)
Sin mancha a Dios… para que sirváis al Dios vivo. Están obrando juntos, con
igual peso de importancia, en la obra de redención. Pero sabemos que sólo Dios
puede salvar. Así que si el Espíritu participa activamente en el consejo eterno
de la redención, es Salvador, es Dios.
D. “Espíritu Santo”
Tal vez no lo hayas notado antes, pero “Espíritu Santo” es un título, el mismo nombre del Espíritu denota divinidad, pues se le atribuye “santidad absoluta”. No es lo mismo que nosotros, que poseemos santidad relativa más no absoluta ni intrínseca; somos santos porque hemos sido santificados, más el Espíritu posee santidad en sí mismo. La santidad absoluta es un atributo exclusivo de la deidad. Por ello el Espíritu puede santificar: “Y esto erais algunos; mas… ya habéis sido santificados… por el Espíritu de nuestro Dios” (1Co. 6:11). Por lo cual esto nos enseña nuevamente que el Espíritu Santo es Dios.
Pablo también lo llama “Espíritu
de Santidad” en el siguiente verso: “que fue declarado Hijo de Dios con poder,
según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,” (Romanos 1:4),
y añadió que el Espíritu participó en la resurrección y glorificación de
Cristo.
E. “Espíritu de Verdad”
Sólo Dios es la verdad absoluta, y al Espíritu se le llama “Espíritu de verdad” en este texto: "...y os dará otro Consolador... el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros." (Juan 14:16-17)
Consideremos también lo
que dijo el apóstol Juan acerca de él: “Y el Espíritu es el que da
testimonio; porque el Espíritu es la verdad.” (1Juan 5:6). Si el Espíritu
es la verdad (Jesús también dijo: “yo soy la verdad” Jn.14:6),
entonces el Espíritu forma parte de la verdad absoluta en la esencia de la
Divina Trinidad.
F. Otros títulos:
1. Espíritu
de vida.(Ro.8:2, 11)
2. El
glorioso Espíritu. (1 Pedro 4:14)
3. Espíritu
de Poder. (Isaías 11:2)
4. Espíritu
de la promesa. (Efesios 1:13)
5. El
Consolador (Ayudador). (Juan 15:26; He.13:6)
6. El
Espíritu de Jehová. (Isaías 63:14)
7. Espíritu
de Dios. (Gn.1:2; Ex.31:3; Nm.24:2)
CONCLUSIÓN:
Cuando analizamos los
títulos que se le dieron al Espíritu Santo en la Biblia, no podemos dudar de
que efectivamente Él es Dios. Merece por tanto nuestra adoración, reverencia y
obediencia.
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